domingo, 7 de noviembre de 2010

¿A QUÉ SABE LA LUNA?

¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan sólo querían probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea: “Quizás entre todos podamos alcanzarla”. Esta es una historia de deseos que parecen -a primera vista- inalcanzables, como la luna, pero que consiguen hacerse realidad gracias a la cooperación.

PECA Y LOS NÚMEROS LOCOS

Peca era una niña muy pecosa a la que le gustaba casi todo, excepto dos cosas: sus pecas, que nunca se estaban quietas, y los número de las tablas de multiplicar, porque era la única de su clase que no había logrado aprendérselas. De esto último, la culpa era de los números, que estaban locos de remate.

LA CHICA EINSTEIN

Dos meses antes del ascenso de Adolf Hitler al poder, una bella joven desnuda y casi moribunda es hallada en los bosques a las afueras de Berlín. Cuando por fin despierta de su coma, no puede recordar nada, ni siquiera su propio nombre. La única pista sobre su identidad es un programa encontrado cerca de ella en el que se anuncia una conferencia de Albert Einstein: Sobre el estado actual de la teoría cuántica. Los periódicos se apresuran a bautizarla como «la chica Einstein».