sábado, 7 de marzo de 2009

ERNESTO, EL APRENDIZ DE MATEMAGO


De pronto se apagaron las luces, un potente foco de luz iluminó la entrada de artistas y una silueta hizo su aparición entre la niebla. Se cubría con una larga capa azul y un sombrero puntiagudo con lunares plateados que simulaban las estrellas en el cielo nocturno. Delgado y alto parecía el más viejo de todos los artistas, pues tenía una barba blanca muy larga. El gran Magoi Minler brillaba en la oscuridad gracia a su traje. Lentamente,elevó los brazos y , de repente, justo cuando la música cesó, una gran explosión surgió de sus manos...

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