Vivía en Alemania un matemático y astrónomo llamado Johannes Kepler. Era pequeño y miope pero poseía una gran imaginación. Observaba las estrellas del cielo y se hacía un montón de preguntas. ¿Se mueve la Tierra? ¿Cómo son las órbitas de los planetas? ¿A qué velocidad viajan por el Universo? Pronto comprendió que los libros estaban llenos de respuestas incorrectas y que el misterio de los planetas seguía sin resolver. Pero para saber la verdad necesitaba la ayuda de Tycho Brahe, el astrónomo con nariz de oro y vista de lince...
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